¿Qué son los tumores orbitarios?
Son los tumores localizados en la órbita (cavidad en la que se aloja el globo ocular). Son poco frecuentes. La mayoría son benignos y de lenta evolución. No obstante, algunos tumores malignos pueden aparecer de forma repentina, experimentando un crecimiento muy rápido. En este caso, es necesario acudir al oftalmólogo de urgencia porque se puede requerir tratamiento en el menor tiempo posible.»
Causas y síntomas
Causas
La mayoría de los tumores orbitarios son de origen congénito.
Síntomas
El paciente puede experimentar proptosis o exoftalmos (desplazamiento anterior del globo ocular), dolor, alteraciones en la movilidad ocular, desplazamiento del globo ocular o pérdida de visión producida por la compresión del nervio óptico a causa del tumor.
Los tumores malignos pueden aparecer de forma repentina y experimentar un crecimiento muy rápido sin haber ofrecido síntomas previos.
La operación
Consiste en la extracción quirúrgica del tumor generando la menor cicatriz posible pero asegurando la extracción total de la lesión para luego, mediante técnicas de reconstrucción, permitir un resultado estético y funcional óptimo y, según el caso, puede ser necesaria la ayuda de quimioterapia o radioterapia aplicada en coordinación con un oncólogo.
Las lesiones malignas pueden volver a aparecer con el tiempo, en el mismo lugar o en su proximidad, por lo que es conveniente realizar un seguimiento periódico después de la cirugía. El procedimiento se realiza bajo anestesia local y en algunos casos bajo sedación.
Exámenes previos
Se debe realizar un examen palpebral y oftalmológico completo. Según el tipo de tumor sospechado se requieren, en algunos casos, exámenes de apoyo diagnóstico.
Antes de la operación
No tomar anticoagulantes o aspirina antes de la cirugía.
Riesgos
Muchas veces afectan a la vida del paciente, es decir, que tienen capacidad letal y que la actitud del cirujano va a marcar mucho el devenir de la vida de ese paciente, con lo cual requiere una dedicación y una subespecialización más importante si cabe.
Otra de las cosas importantes de los tumores es que siempre hay tres aspectos, estético, funcional y vital.
El estético que nosotros siempre vamos a intentar abordar la órbita de forma que nadie sepa por donde hemos entrado, esconder nuestras incisiones, las vías de abordaje cada vez son más complicadas para el cirujano pero mejores para el paciente porque hacen que nadie sepa que por dónde hemos entrado.
El componente funcional, es decir, ¿cómo afectan esos tumores a la visión?, ¿qué repercusiones va a tener? y ¿cuándo podemos salvar el ojo y la visión? y ¿cuándo tenemos que sacrificar la visión o el globo ocular?
Y después el componente oncológico o vital que realmente siempre tenemos que tener en mente. Dependiendo de cómo abordemos esos tumores, no olvidemos que la órbita está a escasos milímetros del sistema nervioso central, hay conexiones directas con el sistema nervioso central y esos tumores, cuando no son benignos, se pueden diseminar muy fácilmente hacia el cerebro o hacer metástasis ganglionares o metástasis a distancia y acabar con la vida del paciente. Con lo cual es muy importante que ese tipo de tumores esté guiado por una persona con muchísima experiencia y muy buena formación en oncología orbitraria.